El Autismo es un trastorno del neurodesarrollo que se diagnostica por su sintomatología y se manifiesta durante los 3 primeros años de vida. Las alteraciones más significativas son:
También en mayor o menor medida se ve afectada la capacidad de anticipación, flexibilidad e imaginación (simbolización).
Los datos científicos en la actualidad permiten afirmar que su origen es biológico con una importante influencia genética y no una alteración psicodélica, es decir, no es la expresión clínica de un trauma psicológico.
Para las familias algunos de los indicadores más llamativos que justificarían una consulta a pediatra o especialista infantil serían:
El diagnóstico de Trastorno del Espectro del Autismo se basa en protocolos internacionales de diagnóstico DSM-5 y CIE-10.
Se realiza mediante una evaluación exhaustiva y detallada de las características y conductas de la persona utilizando diversas pruebas: desarrollo cognitivo, lenguaje y comunicación, habilidades adaptativas y pruebas específicas para el diagnóstico: ADOS-2 y ADI-R, así como una evaluación neurológica.
Los criterios del diagnóstico de los Trastornos del Espectro Autista según el DSM-5, son los siguientes:
A. Deficiencias persistentes en la comunicación social y en la interacción social en diversos contextos, manifestado por lo siguiente, actualmente o por los antecedentes (los ejemplos son ilustrativos pero no exhaustivos):
Especificar la gravedad actual: La gravedad se basa en deterioros de la comunicación social y en patrones de comportamiento restringidos y repetitivos.
B. Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades, que se manifiestan en dos o más de los siguientes puntos, actualmente o por los antecedentes (los ejemplos son ilustrativos pero no exhaustivos):
C. Los síntomas han de estar presentes en las primeras fases del período de desarrollo (pero pueden no manifestarse totalmente hasta que la demanda social supera las capacidades limitadas, o pueden estar enmascarados por estrategias aprendidas en fases posteriores de la vida).
D. Los síntomas causan un deterioro clínicamente significativo en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento habitual.
E. Estas alteraciones no se explican mejor por la discapacidad intelectual trastorno del desarrollo intelectual) o por el retraso global del desarrollo. La discapacidad intelectual y el trastorno del espectro del autismo con frecuencia coinciden; para hacer diagnósticos de comorbilidades de un trastorno del espectro del autismo y discapacidad intelectual, la comunicación social ha de estar por debajo de lo previsto para el nivel general de desarrollo.
Especificar si:
Lo deseable es una detección temprana para disponer de un diagnóstico precoz lo que mejora el pronóstico de las personas.
Un diagnóstico diferencial, además de la justificación de la categoría diagnóstica, es importante que destaque las potencialidades del niño, con las que mas tarde de trabajará, e incluya unas buenas orientaciones de intervención.
Hasta el momento, el enfoque que se ha demostrado más efectivo es la intervención psicoeducativa, con programas individualizados y ajustados al perfil de cada persona y su familia en el que el niño/adolescente/adulto con autismo pueda desarrollar las áreas con mayor afectación: comunicación, socialización, lenguaje, juego, desarrollo cognitivo, …asegurando la funcionalidad de estos aprendizajes y la generalización a otros contextos mas naturales.
La coordinación entre los diferentes profesionales y servicios que atienden al niño/adulto debe ser muy efectiva y teniendo en consideración las prioridades y casuística de cada familia.
Es importante que los padres reciban asesoramiento y soporte adecuado con un programa que incluya objetivos específicos y una metodología de trabajo.
El Síndrome de Ásperger era una categoría diagnóstica hasta que se implantaron los criterios del DSM-5, en el que – como hemos explicado antes- se especifican dificultades en las áreas características del trastorno y la gravedad de dichas dificultades.
Pero también es cierto que a nivel coloquial seguimos hablando de Síndrome de Ásperger para referirnos a aquellas personas que si bien están dentro del Trastorno del Espectro Autista, presentan unas características especiales: utilizan el lenguaje verbal pudiendo ser muy literal, su estilo cognitivo es diferente pero no existe discapacidad intelectual asociada, tienen un pensamiento lógico, literal e hiperrealista y sus conductas a nivel social pueden ser inadecuadas.
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