El Autismo es un trastorno del neurodesarrollo que se diagnostica por su sintomatología y se manifiesta durante los 3 primeros años de vida. Las alteraciones más significativas son:

  • Socialización ( alteración de las habilidades sociales ).
  • Comunicación y lenguaje ( verbal y no verbal ).
  • Repertorio de intereses muy restringido.

También en mayor o menor medida se ve afectada la capacidad de anticipación, flexibilidad e imaginación (simbolización).

Los datos científicos en la actualidad permiten afirmar que su origen es biológico con una importante influencia genética y no una alteración psicodélica, es decir, no es la expresión clínica de un trauma psicológico.

Para las familias algunos de los indicadores más llamativos que justificarían una consulta a pediatra o especialista infantil serían:

  • Aparente sordera, no giran la cabeza al oír su nombre pero sin embargo oyen otros sonidos que son de su interés.
  • Evitan mirar a los ojos, poco contacto visual.
  • Su juego suele ser repetitivo y en ocasiones alinean juguetes o los ordenan de forma ritual.
  • No inicia el juego con otros niños.
  • Se pone muy nervioso y llega a alterarse con cambios de rutina repentinos o con sorpresas inesperadas.
  • No señala con el dedo para peticiones o para compartir experiencias ( señalar un avión o algún objeto de su interés).
  • “Parece que comprende sólo lo que le interesa”.
  • “Parece” ignorar completamente a los niños de su edad.
  • Carece de lenguaje y si lo tiene es muy repetitivo.
  • No hace juego simbólico ( jugar a que una hojas son comidita para la muñeca o que unas piedras son coches de carrera).
  • No le gustan los cambios de ropa, de comida, de itinerarios o de situaciones.
  • Le cuesta entender emociones como el enfado y no reacciona adecuadamente a ellas ( pueden reírse cuando alguien se enfada o llora).
  • En ocasiones tienen movimientos repetitivos con las manos, cabeza, cuerpo, ….(estereotipias).

El diagnóstico de Trastorno del Espectro del  Autismo se basa en protocolos internacionales de diagnóstico DSM-5 y CIE-10.

Se realiza mediante una evaluación exhaustiva y detallada de las características y conductas de la persona utilizando diversas pruebas: desarrollo cognitivo, lenguaje y comunicación, habilidades adaptativas y pruebas específicas para el diagnóstico: ADOS-2 y ADI-R, así como una evaluación neurológica.

Los criterios del diagnóstico de los Trastornos del Espectro Autista según el DSM-5, son los siguientes:

A. Deficiencias persistentes en la comunicación social y en la interacción social en diversos contextos, manifestado por lo siguiente, actualmente o por los antecedentes (los ejemplos son ilustrativos pero no exhaustivos):

  1. Las deficiencias en la reciprocidad socioemocional, varían, por ejemplo, desde un acercamiento social anormal y fracaso de la conversación normal en ambos sentidos pasando por la disminución en intereses, emociones o afectos compartidos hasta el fracaso en iniciar o responder a interacciones sociales.
  2. Las deficiencias en las conductas comunicativas no verbales utilizadas en la interacción social, varían, por ejemplo, desde una comunicación verbal y no verbal poco integrada pasando por anomalías del contacto visual y del lenguaje corporal o deficiencias de la comprensión y el uso de gestos, hasta una falta total de expresión facial y de comunicación no verbal.
  3. Las deficiencias en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de las relaciones, varían, por ejemplo, desde dificultades para ajustar el comportamiento en diversos contextos sociales pasando por dificultades para compartir juegos imaginativos o para hacer amigos, hasta la ausencia de interés por otras personas.

Especificar la gravedad actual: La gravedad se basa en deterioros de la comunicación social y en patrones de comportamiento restringidos y repetitivos.

B. Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades, que se manifiestan en dos o más de los siguientes puntos, actualmente o por los antecedentes (los ejemplos son ilustrativos pero no exhaustivos):

  1. Movimientos, utilización de objetos o habla estereotipados o repetitivos (p. ej., estereotipias motoras simples, alineación de los juguetes o cambio de lugar de los objetos, ecolalia, frases idiosincrásicas).
  2. Insistencia en la monotonía, excesiva inflexibilidad de rutinas o patrones ritualizados de comportamiento verbal o no verbal (p. ej., gran angustia frente a cambios pequeños, dificultades con las transiciones, patrones de pensamiento rígidos, rituales de saludo, necesidad de tomar el mismo camino o de comer los mismos alimentos cada día).
  3. Intereses muy restringidos y fijos que son anormales en cuanto a su intensidad o foco de interés (p. ej., fuerte apego o preocupación por objetos inusuales, intereses excesivamente circunscritos o perseverantes).
  4. Hiper- o hiporeactividad a los estímulos sensoriales o interés inhabitual por aspectos sensoriales del entorno (p. ej., indiferencia aparente al dolor/temperatura, respuesta adversa a sonidos o texturas específicos, olfateo o palpación excesiva de objetos, fascinación visual por las luces o el movimiento).

C. Los síntomas han de estar presentes en las primeras fases del período de desarrollo (pero pueden no manifestarse totalmente hasta que la demanda social supera las capacidades limitadas, o pueden estar enmascarados por estrategias aprendidas en fases posteriores de la vida).

D. Los síntomas causan un deterioro clínicamente significativo en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento habitual.

E. Estas alteraciones no se explican mejor por la discapacidad intelectual trastorno del desarrollo intelectual) o por el retraso global del desarrollo. La discapacidad intelectual y el trastorno del espectro del autismo con frecuencia coinciden; para hacer diagnósticos de comorbilidades de un trastorno del espectro del autismo y discapacidad intelectual, la comunicación social ha de estar por debajo de lo previsto para el nivel general de desarrollo.

Especificar si:

  • Con o sin déficit intelectual acompañante.
  • Con o sin deterioro del lenguaje acompañante.
  • Asociado a una afección médica o genética, o a un factor ambiental
  • Asociado a otro trastorno del desarrollo neurológico, mental o del comportamiento
  • Con catatonía.

Lo deseable es una detección temprana para disponer de un diagnóstico precoz lo que mejora el pronóstico de las personas.

Un diagnóstico diferencial, además de la justificación de la categoría diagnóstica, es importante que destaque las potencialidades del niño, con las que mas tarde de trabajará, e incluya unas buenas orientaciones de intervención.

Hasta el momento, el enfoque que se ha demostrado más efectivo es la intervención psicoeducativa, con programas individualizados y ajustados al perfil de cada persona y su familia en el que el niño/adolescente/adulto con autismo pueda desarrollar las áreas con mayor afectación: comunicación, socialización, lenguaje, juego, desarrollo cognitivo, …asegurando la funcionalidad de estos aprendizajes y la generalización a otros contextos mas naturales.

La coordinación entre los diferentes profesionales y servicios que atienden al niño/adulto debe ser muy efectiva y teniendo en consideración las prioridades y casuística de cada familia.

Es importante que los padres reciban asesoramiento y soporte adecuado con un programa que incluya objetivos específicos y una metodología de trabajo.

El Síndrome de Ásperger era una categoría diagnóstica hasta que se implantaron los criterios del DSM-5, en el que – como hemos explicado antes- se especifican dificultades en las áreas características del trastorno y la gravedad de dichas dificultades.

Pero también es cierto que a nivel coloquial seguimos hablando de Síndrome de Ásperger para referirnos a aquellas personas que si bien están dentro del Trastorno del Espectro Autista, presentan unas características especiales: utilizan el lenguaje verbal pudiendo ser muy literal, su estilo cognitivo es diferente pero no existe discapacidad intelectual asociada,  tienen un pensamiento lógico, literal  e hiperrealista y sus conductas a nivel social pueden ser inadecuadas.

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