Nuestros hijos crecen. Debemos dejar de verlos siempre como niños. El papel de las familias y los profesionales que rodean a una persona con TEA pasa por contribuir a aceptar su maduración, también en su faceta sexual.

Carlos de la Cruz, Doctor en psicología y especialista en sexología, nos recuerda que «la sociedad, las familias continúan tratando a los adolescentes con TEA como niños, porque ellos no demandan el cambio». «Los hijos con autismo no nos van a pedir cambiar de actitud en esa etapa, seremos nosotros quienes cambiaremos», añade.

El cuerpo desnudo de un adolescente habrá que respetarlo siempre. Las manifestaciones de cariño, besos, abrazos, seguramente tendríamos que moderarlos en esos años. Procesos que Marta Rodriguez, gerente del Centro Gatea, nos ayuda a comprender desde su experiencia profesional y familiar.