El descanso forma parte del entrenamiento, frase que los padres de niños con TEA deben hacer suya. El estrés severo que pueden llegar a tener madres o padres de hijos con autismo debe combatirse con pequeños descansos diarios.

«Para la madre de un niño con autismo, las «paradas» de cinco o diez minutos, son píldoras sanadoras. Aprovechar un tiempo al dejar a tu hijo en el colegio para escuchar unos minutos de música, respirar profundamente, meditar…serán regalos que nos aportarán una tranquilidad que bajará nuestro nivel de cortisol», concluye Marta Rodriguez, gerente del centro Gatea de Atención Global al Autismo y sus Familias.

El descanso ayuda a que la mente y el cuerpo estén más relajados, en un camino, en el que padres e hijos irán siempre de la mano.