«Hay veces que me enfadas y veces que me irritas, aun así te quiero con locura» son palabras de Paula Portilla. Su hermano es un joven con autismo. La frase muestra el amor incondicional que un hermano siempre derrocha y a la vez hace entrever lo complejo que puede ser para los hermanos una convivencia totalmente diferente a la habitual.

«Cuando mi hermano llegó a casa fue una revolución. Lo acogí con naturalidad, me adapté a su manera de ser. Trastocó mi vida en positivo. Con él he aprendido cosas que jamás hubiese aprendido con nadie», afirma Paula.

Desde el Centro Gatea se preocupan de poner en valor a los hermanos como personas esenciales en el acompañamiento a niños con autismo, es fundamental y están creando una asociación «TU  TAMBIEN CUENTAS» en la que ellos serán protagonistas principales.